Falleció Jaime Finskelstein Z''L, sionista, socialista y pedagogo
Fecha Tuesday, 14 December 2000 a las 09:51:17
Tema Educación y Cultura
Jaime Finskelstein pasó en su vida y por distintos institutos de enseñanza, habiendo encontrado muchos hombres que han querido y han debido enseñarnos alguna cosa. Pero de entre esos hombres, muy pocos (a veces uno solo), consiguen dejar en nosotros una huella.
Conocer en los primeros años de la vida a una persona como Jaime Finkelstein, percibir de inmediato su inteligencia y su inmensa fuerza moral, y entregarse casi por entero a beber de sus enseñanzas, a colaborar modestamente en su obra y alentarlo a proseguirla con la adhesión sin límites en todos los momentos: todo ello constituye una oportunidad o una dicha que escapa a cualquier calificación.
Jaime Finkelstein Z"L supo concretar el concepto humano de la profesión docente, que en la práctica se traduce en una actitud suave y firme hacia los educandos, la supresión de toda vanidad en el trato con los padres y los colegas y una solidaridad digna con quienes padecen el infortunio (no poder afrontar los aranceles, etc.).
SUS COMIENZOS EN POLONIA.
En su país natal, Polonia, Jaime Finkelstein perteneció a la generación intermedia de los activistas comunitarios, líderes de partidos y constructores de la cultura, en su mayor parte de clase media, artesanos y trabajadores, que a comienzos de siglo se esforzaron por quebrar aquel fanatismo que amordazaba, muchas veces, la vida judía, especialmente en los pequeños poblados, impidiendo su salida al mundo recién amanecido del judaísmo no religioso: a los ideales del socialismo, a la nueva literatura judía en ídish y en hebreo, y al renovado pensamiento sionista. Cuando contaba apenas 17 años de edad, ya el joven Jaime Finkelstein recorría los alrededores de Brisk, la ciudad donde nació el 5 de mayo de 1911, y en fogosos discursos, desde improvisadas tribunas, llamaba a la juventud a construir un mundo sobre bases productivas, más hermoso, más justo.
Por esos días, Jaime se incorpora a la Juventud Borojovista, el movimiento juvenil de los “Poaléi Tzión” de Izquierda, y desarrolla en él una importante tarea. Pero la situación política y económica va empeorando en Polonia, y también el antisemitismo hace lo suyo. Entonces el joven Finkelstein decide emigrar a la Argentina, donde vivía una de sus hermanas. Se embarca solo, a los 19 años de edad.
En el hogar paterno de Brisk (Polonia) habían nacido ocho hijos (2 fallecieron a las pocas semanas de vida). El padre, Aaron, manejaba su taller de sastrería y en el tiempo libre participaba en el Movimiento de los Trabajadores Manuales, constituido después de la Primera Guerra Mundial. Aaron era un judío no observante, aunque buen conocedor de los textos sagrados. Además, sabía ruso, polaco y alemán.
La madre, Rójl Javanovich, también ella de Brisk, era una trabajadora incansable en el ámbito de la familia. Todos los hijos recibieron una educación judía tradicional. El mayor, Avréml, se recibió de médico.
Lamentablemente, años más tarde, durante la ocupación de Polonia por los nazis, tanto los padres como los hermanos Féigl y Avréml perecieron en el gueto de Brisk; Mótl falleció en Siberia. Por entonces, Jaime y dos de sus hermanas, Golde e Itke residían en Buenos Aires.
A la hora de concurrir al “jéider” (escuela hebrea elemental), Jaime vivía con su familia en una aldea, ya que durante la Primera Guerra Mundial los rusos habían ordenado evacuar la ciudad amurallada de Brisk. Pero al término de la guerra, regresan a la ciudad, donde Jaime cursa estudios judíos laicos en una de las escuelas de la “Tzisho” (“Tzentrale Idishe Shul Organizatzie” – “Organización Central de Escuelas Judías”), recientemente creada. Es allí ávido lector de la literatura ídish, por cuyos autores siente verdadera adoración. Ese sentimiento lo acompañará toda la vida.
EN TIERRA ARGENTINA.
El 21 de febrero de 1930 pisó tierra argentina y se instaló en Buenos Aires, pletórico de esperanzas, con una energía ilimitada y planes todavía imprecisos. En esta ciudad formó su hogar con Neske Witz Z''L nacida en Teltz (Lituania) y fallecida en Jerusalem, el 5 de agosto (4 de Av) de 2000. Tuvieron 3 hijos: Daniel (Israel), Guítele (Francia) y Rójele Gueula (Israel).
De Neske podemos decir que fué el prototipo de la mujer judía denominada en nuestras Escrituras “éshet jáil”, es decir, la mujer virtuosa, como está escrito: “pues que con su valor supera en mucho al de las piedras preciosas... Su candela, su luz, no se apaga... Y alábenla por doquier”. A Neske se la reconocía por su inteligencia, su mente siempre alerta, su paciencia, su pulcritud, su sagacidad, su sentido de la oportunidad y fundamentalmente su sentido común. Al principio, Finkelstein, trabajó como maestro en las Escuelas “Bórojov”, dio clases particulares y realizó distintas tareas para su subsistencia. En 1932 vino la orden de clausura de las Escuelas “Bórojov”, a las que el gobierno tildaba de “peligrosos centros revolucionarios”. Finkelstein fue arrestado junto con un grupo de maestros y activistas de las escuelas. El arresto duró un mes y terminó al cabo de una huelga de hambre. En marzo de 1934 tiene lugar un encuentro de impulsores de las escuelas “Bórojov” y de escuelas independientes del interior del país. En ese encuentro se fundó la “Tzvisho”, (“Tzentrale Veltleje Shul Organizatzie” – “Organización Central de Escuelas Laicas Judías”) que llegaría a ser, en su momento, la mayor organización de escuelas judías en la Argentina.
En ese Congreso fundacional tuvieron destacada actuación los intelectuales y activistas Dr. Lázaro Zitnitzky (presidente), el Dr. Jonas Kovensky (secretario), Pinie y Iósl Katz, Méndl Maiern Lázer, Jaime Finkelstein, Shneier Waserman, Alter Lustigman, Idl y Mates Goldfarb, Itzjak Bének, Ioine Hamburg, Zalmen Orenstein, Jaiche Zaltzenstein, Hersch Lifschitz, Malke Smolarz, Ziskind Aizenberg, Shaie Grodzitzky, Mordje Pinkus, Moishe Korenvais, entre otros. Los primeros maestros de la Escuela “Shólem Aléijem” que comenzó a funcionar en mayo de ese mismo año en Sarmiento al 2200, fueron el matrimonio: Jaime Wasershprung y Jane Tenembaum.
Desde la creación de la “Tzvisho”, Jaime Finkelstein se desempeñó durante muchos años como Director de sus establecimientos, y al mismo tiempo Secretario General de la institución y también del partido “Ajdut Haavodá-Poaléi Tzión” en la Argentina. Finkelstein fue también uno de los artífices en la Argentina de la unión con el partido Mapai, hoy Avodá.
ESCUELAS NUEVAS.
De sus primeras experiencias en el campo educacional, había emergido con la convicción de que era necesario fundar nuevas escuelas judías, según planes ambiciosos, abarcativos, que garantizaran un aprendizaje placentero y eficaz. Pero no olvidemos que se trataba de un área inexplorada, en un “ishuv” (comunidad) de inmigrantes casi sin tradición socio-cultural, y que eso exigía sucesivas adaptaciones a las condiciones propias y a las del entorno no-judío. Además, era necesario proporcionarle contenido nacional a un laicismo a veces vacío, que en lugar de atraer a la juventud podía provocar su alejamiento.
Finkelstein evitó, en su momento especialmente después de la creación del Estado de Israel, enredarse en la “querella de los idiomas”, en cuanto a optar por el ֽdish o por el Hebreo en las aulas. Reconoció la legitimidad de ambas lenguas como vehículo y expresión de la cultura nacional judía, y la necesidad de armonizar ambos elementos tan entrañables.
Y se dedicó no sólo a difundir con el mayor entusiasmo sus ideas, sino también a materializarlas. Así, gracias a su iniciativa y bajo su liderazgo, se pudo levantar el primer edificio propio de la Escuela “Shólem Aléijem”, un establecimiento que constituyó el núcleo de toda una red escolar, con miles de alumnos y centenares de docentes: el gran emprendimiento de la educación judía laica en el continente americano. Así nacieron también la Colonia de Verano “Kínderland” y la Escuela Integral “Ramat Shalom”. Jaime Finkelstein no recibió una organización escolar ya constituida: él la pensó y la hizo realidad con extraordinaria energía, con una dedicación sin límites. Y no sólo en el aspecto formal. Supo también insuflarle vida y contenido, hasta transformarla en modelo para la educación judía de nuestro tiempo. Finkelstein se ocupó de la tarea ideológica y organizativa, desde los núcleos elementales hasta la escuela secundaria, el Seminario de Maestros y aun los niveles superiores. Los principales colaboradores en esta tarea, hasta el año 1960 fueron los docentes y pedagogos: Fany Pertzovsky Karduner, Lidia Pemoff y Moisés Alpert.
Finkelstein elaboró los programas y planes de estudio para los alumnos por un lado, y por otro para los maestros, que en la misma escuela en que habían sido educados pudieron asistir a talleres de perfeccionamiento.
MAESTRO Y GUֽA.
Finkelstein evidenció siempre un talento organizativo muy especial, que explica sus espléndidos logros en la tarea educativa con niños y jóvenes. Estas dotes facilitaron también su relación con la gente adulta, a la que contagiaba su entusiasmo y la identificación con sus proyectos. Sabía descubrir los aspectos positivos de las personas y movilizarlas en pos de objetivos nobles. Así como conquistaba a la gente de su propia generación, sabía ganarse la adhesión de los jóvenes, aún de aquellos alejados de los temas judíos, y proporcionar a sus vidas nuevos motivos de interés.
Tuvo la dicha de formar generaciones de alumnos, cuyo cariño, gratitud y respeto perduran a través del tiempo y de las fronteras geográficas. Los reencontraba no sólo en Buenos Aires; también en los países sudamericanos y, especialmente, en Israel. A todos los lugares han llegado sus enseñanzas, un inapreciable bagaje intelectual y moral.
LֽDER PARTIDARIO, POLֽTICO, PORTAVOZ DEL “ISHUV”.
Como líder partidario evidencia el mismo carisma que en su labor cultural, educativa y en sus tareas en pro de la red escolar. Sabe atraer a la gente e impulsarla a la acción, porque predica con el ejemplo. Y no duda en asumir responsabilidades, aunque quizá otros habrían podido hacerse cargo. No siempre le resulta fácil. En más de una ocasión debe remar contra la corriente. Pero se mantiene fiel a su trayectoria y a sus ideales.
Como político, hunde su mirada en el pasado y analiza en la realidad presente sus implicancias para el porvenir. Su intuición no lo traiciona. Cada vez que surge un problema, percibe la vía para su correcta solución. Y defiende sus puntos de vista con tanta fuerza, que llega a convencer a sus adversarios. Es grande su autoridad moral en el “ishuv” argentino, en cuyas instancias centrales también actúa: “Kehilá” de Buenos Aires, DAIA, Consejo Central Sionista; y en el “Váad Hajinuj”, presidiendo su Consejo Pedagógico.
LA PLUMA Y LA PALABRA.
Además de la diaria tarea en el ámbito escolar y de su constante actividad social y política, desempeña un papel destacado en el campo cultural. Sus disertaciones sobre los más diversos temas son seguidas con gran interés, y es un orador muy apreciado en la calle judía, no sólo de nuestro país, ya que por su pertenencia al Movimiento “Poaléi Tzión” Mundial, visita frecuentemente las comunidades sudamericanas, así como las de Estados Unidos, Canadá y Europa. Quien tuvo en alguna oportunidad la fortuna de escucharlo, recordará su manejo de la lengua ídish: un lenguaje rico en matices, a la vez sonoro y sutil.
Finkelstein se encuentra entre los fundadores y colaboradores de los periódicos “Undzer Vort” (Nuestra Palabra) en ídish y “Horizonte” en castellano. También fue el impulsor de la Editorial “Undzer Vort “que publicó 16 libros en ídish.
Jaime Finkelstein escribe sobre temas socio-políticos, literarios y educativos. Su idioma es claro, popular y a la vez convincente. Por su forma, sus artículos atraen la atención de los lectores; y por su contenido, forman opinión. Además de su valor intrínseco, constituyen una fuente documental para la historia de la comunidad judeo-argentina a lo largo de varias décadas; un “ishuv” que llegó a ser ejemplo para el mundo judío por sus logros en el campo educativo y cultural.
Finkelstein publicó, en ídish, en 1943, un “Programa Analítico para las Escuelas Judías”, y más tarde un libro de ensayos y reflexiones sobre temas educativos y culturales titulado “Visión, palabra y realidad” (1967), y un folleto sobre Ber Borojov - “El Gaón de Poltava”.
Cabría destacar aquí un rasgo de su lenguaje cotidiano, seguramente relacionado con la constante atención a los educandos y con la gran cuota de ternura que ello demanda. De su larga actuación en las Escuelas “Shólem Aléijem” lo recordamos sonriente; su tono de voz tranquilizaba y reconfortaba; difícilmente se encontraría en su expresión oral o en la escrita alguna nota discordante.
EN ESCALA MUNDIAL.
A lo largo de su vida, le cupo participar en innumerables reuniones internacionales. En 1946 fue delegado al Congreso Sionista, el primero que se reunió, en Basilea, al término de la Segunda Guerra Mundial.
También tomó parte en otros Congresos Sionistas realizados posteriormente. En 1950 fue elegido para integrar el Comité de Acción Sionista en Jerusalem.
Concurrió a reuniones internacionales sobre Educación y Cultura Judías; un congreso ideológico realizado en 1961 en la Universidad Hebrea de Jerusalem; el Encuentro Internacional para la Educación reunido en Israel con el patrocinio de la Unesco, y las reuniones internacionales sobre Educación Judía llevadas a cabo en Jerusalem (1962) y en New York (1965).
En el Congreso Sionista de Mayo de 1968, Jaime Finkelstein es elegido Jefe del Departamento de Educación y Cultura para la Diáspora de la Agencia Judía. Llega la noticia a nuestro país y genera sentimientos encontrados: por un lado, la alegría de que pueda realizar su sueño de juventud, la “aliá”; y por otro, la sensación de que nos deja, ¿y cómo podremos seguiró...
EN ISRAEL.
Concreta su “aliá” a fines de Noviembre de 1968, y se desempeña en sus nuevas funciones durante 9 años, hasta su jubilación. Fue luego presidente del “Bet Hatanaj” (Casa de la Biblia), y en ese cargo organizó concursos y otras importantes actividades; pero por razones presupuestarias, la institución no pudo pasar a un edificio propio.
También presidió el “Bet Rishonéi Poaléi Tzión” (Casa de los Fundadores del Movimiento “Poaléi Tzión”), y la Editorial “I.L.Péretz”, en la calle Brener 16, de Tel Aviv, centro de una interesante labor cultural.
La Casa de los Fundadores reúne documentos históricos sobre figuras tan importantes como Ben Gurión, Bérl Katzenelson, Ben Tzví, Bórojov, y otros; y organiza actividades culturales. Jaime Finkelstein Z"L permaneció en sus funciones hasta el año 1996, en que debió renunciar por razones de salud.
En su ancianidad pudo ver los frutos de su maravillosa obra, materializada en la piedra de los edificios escolares y, sobre todo, en la muchedumbre de sus discípulos y seguidores. Jaime Finkelstein Z''L, falleció el día martes 24 de octubre de 2000 - 25 días en el mes de Tishrei 5761, a los 89 años, en Jerusalem. En el año 2002, en el Instituto de Estudios Superiores “Efal” en Israel, a iniciativa de ex alumnos y ex maestros de la Escuela Schólem Aléijem se abrió un archivo y centro de estudios e investigaciones a nombre de Jaime Finkelstein, y en el año 2004 la Escuela Schólem Aléijem de Buenos Aires inauguró una biblioteca y archivo a nombre de quien fuera su primer Director. Esta última iniciativa fue financiada por la familia Goldfarb en memoria de Idl y Mates Goldfarb, cofundadores de la Escuela.
La Comunidad Judía Argentina, le rinde un justo homenaje a quien fuera uno de sus forjadores y artífices más meritorios al cumplirse cuatro años de su fallecimiento y 70 de la fundación de su obra más preciada: el “Schólem Aléijem”.
Finkelstein tuvo la capacidad de gestar un profundo sentimiento de pertenencia y de orgullo en quienes formaban parte del “Shule”.
Con su característica de líder natural supo asociar a sus utopías y proyectos a decenas de voluntarios, los cuales siguiendo su ejemplo dedicaban horas del día y de la noche a fin de ppoder concretarlos.
Finkelstein solía contar que cuando era un niño llamaba su atención un señor anciano, que todos los días al oscurecer, en su Brisk natal, encendía manualmente unos faroles a gas.
Cada vez que el pequeño Jaime lo observaba y lo seguía, quedaba maravillado por la función que cumplía ese anciano judío que tenía la virtud de iluminar toda la ciudad.
El nos contaba que esa imagen lo acompañó permanentemente, como la esencia en su quehacer cotidiano; de esa misma manera encontró Jaime Finkelstein una misión y un sentido en el transcurso de su vida: encender luces de judaísmo, de sionismo y de solidaridad en los corazones de centenares de activistas, de docentes, de personas mayores y de jóvenes. El consuelo para los miembros de la gran familia “Shólem Aléijem”, aquí en la Argentina, en Israel o donde se encuentren, como así también para sus hijos y nietos, será la luz que Jaim Finkelstein supo encender en los corazones y las mentes de sus miles de alumnos que no se extinguirá jamás.
¡Honor a su memoria!
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