HACE 45 AׁOS
45 años hace ya que un grupo de poneros alentados por una visión de continuidad judía, todos ellos inmigrantes, más que con recursos económicos con un bagaje de ideología (enrolados bajo la tutela de Ajdut Avodah Poalei Sion e inspirados en su rama educacional por Zwischo con fe y compromiso con el futuro, se dieron a la tarea de crear una escuela en el barrio de Mataderos.
Araujo 1÷, Miralla después, más tarde Zelada y hoy conjunto con Oliden en un crecimiento lento pero continuado, dieron forma a esa idea desde una pieza en la cual cada fila era un grado hasta la bien dotada infraestructura actual; cambiaron las paredes pero no el espíritu de sus fundadores. Tiempos duros pero de desafíos al que supieron responder los askanim del momento, cuando Moishe Grumer iba a buscar a los alumnos y los traía en su bicicleta.
¡Que tiempos! Te acordás losele la regla de cedro que te rompió el lerer, te acordás Guille los partidos en el recreo con la pelota de trapo, te acordás Elsa, Rosita, Raquel como broncaban cuando les atábamos los moños de las trenzas a los bancos, y cuando le escondimos la campanita al lerer Krasnopolsky dentro del sombrero y se lo pusimos en la silla. Te acordás Rogelio la emoción de ser abanderados juntos en la piedra fundamental del edificio de Oliden con la presencia de Zere Bobel y que luego jugando con la barra brava la rompimos (y luego nos quejamos de los ángeles de ahora).
Rara paradoja del destino y premio para aquellos visionarios, quienes están en estos momentos al frente de la institución son sus hijos; ellos mismos primeros alumnos del Shule.
Largo, fecundo y no libre de problemas y obstáculos ha sido el camino, desde maestros con formación europea, hasta los formados en el país, con los adelantos educacionales, pero embuidos de esa misma raigambre judía, como así su actual dirección, son los que han dado y dan forma a este sueño.
¡Como se atropellan en forma desordenada los momentos felices vividos!…
Nuestro volver a la integración por intermedio del Consejo de padres…
Ese transitar por el teatro, desde humildes pero llenos de gracia y cariño de nuestros sainetes en castellano hasta el inolvidable trabajo de equipo del “Violinista sobre el Tejado”, liderados por Spiguel y Bondo que ha dejado en el Shule huellas imborrables.
Reafirmando su condición Sionista desde el año 1948 con el negro Raiter hasta el constante fluir anual de nuestra juventud, decenas de familias dan fe de ello desde Galilea en Tilat con su presencia en la Medinah.
Un párrafo aparte de bienvenida para todos los nuevos compañeros que a través de esa obra monumental que es Tristán Suárez, redondea con lo social y se han incorporado hombro a hombro con los veteranos para seguir adelante.
Pilar fundamental de la continuidad judía ya nadie discute que es la educación, por eso hagamos nuestra la premisa; no es solo judío por el hecho de haber nacido de madre judía, sino quién asegura el judaísmo de sus hijos y procura por todos los medios que queden judíos sus nietos. Floreciente e inolvidable shule.
¡Feliz Cumpleaños!
RICARDO LUBIENIECKI