Durante el año 2007, 18.230 alumnos de todo el país optaron por alguna de las 29 escuelas integrales de la red escolar judía de Argentina, donde continuó una tendencia de crecimiento de aproximadamente el 3 por ciento anual que se dio a partir de 2002, y para el próximo ciclo lectivo se espera que la cantidad de matriculados se incremente en un porcentaje similar.
Según Batia Nemirovsky, la directora general del Consejo Central de Educación Judía de Argentina, los colegios que más crecen son los ortodoxos y los que están en las zonas de Palermo y Olivos, el barrio de Buenos Aires y la localidad bonaerense donde en los últimos años hubo un alza de la población judía no ortodoxa.
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN), Nemirovsky dijo que el balance de 2007 es positivo y destacó el intenso trabajo conjunto de las instituciones y organizaciones que se ocupan de temas vinculados con la educación judía para complementarse y ser más eficaces.
En ese sentido, consideró que la perspectiva para el año que viene es promisoria. "No se puede hacer futurología, pero si todo sigue como hasta ahora tendremos un muy buen 2008", afirmó.
Si bien cerró la sección secundaria de uno de los colegios, el Natan Guesang, se espera que los alumnos continúen en la red judía.
De los tres niveles, el que presenta un mayor aumento porcentual es el inicial (jardín de infantes y preescolar), con un promedio de casi el 7 por ciento anual, aún en escuelas en las que decrece el número de inscriptos para primaria y secundaria. "Esto es un buen síntoma –evaluó Nemirovsky- porque, a futuro, aumenta la cantidad de alumnos en las escuelas".
Los chicos que estuvieron este año en el jardín de Martin Buber, por ejemplo, se quedaron en su totalidad para seguir con la educación primaria en la misma institución, excepto algunas bajas por la mudanza de familias al exterior, según informó a AJN su directora, Java Kleinburd. También a raíz de la importancia del nivel inicial como puerta de entrada al sistema educativo judío, la AMIA, la Agencia Judía y el Joint idearon Melamed, un emprendimiento conjunto de formación docente para que se profundizará durante 2008, cuando se sumará la capacitación de maestras jardineras.
Los mayores incrementos de matrículas se vienen dando en las escuelas ortodoxas, las que están en Palermo y en la zona norte del Gran Buenos Aires, y también en algunas instituciones tradicionales de la comunidad que "hacen bien las cosas y se pudieron recuperar de la crisis" que sufrió el país a comienzos de esta década, consideró Nemirovsky.
La directora del Consejo de Educación destacó en este sentido el trabajo hacia el interior de las instituciones, que permite conservar alumnos de la primaria en la secundaria, uno de los puntos más débiles, aunque haya "excelentes proyectos de secundario". "Si bien se quedan bastantes chicos, un 75 por ciento aproximadamente, no todas las escuelas primarias logran quedarse con sus alumnos", aclaró. Luego de sostener la idea de una escuela pensada como un proyecto articulado "desde que se empieza hasta que se termina", enfatizó que el mayor desafío es "que las familias y los jóvenes comprendan que no es suficiente una educación judía sólo hasta las doce años".
El profesor Guillermo Lutzky, de la escuela técnica ORT, que concentra a la gran mayoría de los alumnos de nivel medio de la red escolar judía, resaltó el hecho de que cada vez son más los chicos provenientes de escuelas primarias no judías que quieren ingresar a la institución. En tanto, Nemirovsky sostuvo que "la comunidad educativa toda se merece un análisis respecto de lo que busca la familia y el adolescente", además de plantear que el mayor objetivo para el 2008 pasa por "empezar a pensar seriamente la educación judía como un proyecto de vida, preguntarse qué condiciones tiene que cumplir para que los adolescentes se reconozcan en el judaísmo que la institución les brinde y elegirla".
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