por Rafael T.Pérez
Primer atentado terrorista de motivación islámica en Inglaterra, feudo de la iglesia Anglicana, puerto de salida de cruzados en viaje a liberar Tierra Santa, tierra mítica del rey Ricardo Corazón de León y de la legendaria Camelot, orgullosa Anglia victoriosa contra vinkingos, sajones y normandos, la Inglaterra que combatió a España y se adueñó de los mares, la Inglaterra de los piratas y bucaneros que hundían por doquier a los Galeones de Castilla que venían cargados del oro que estos robaban a los pueblos del Inca, Inglaterra la tierra de la sangre del sudor y las lágrimas que vaticinara Churchill antes de enfrentar a la horda del nazismo germánico. Esta Inglaterra, también, de la señora Cherry Blair, esposa del PM Tony, el simpático Tony Blair, que tiempos aquellos de gloria cuando la bandera de la cruz, que siglos de conquistas transformaría en la Unión Jack, que tiempos aquellos en los que Inglaterra era la dueña de medio mundo, como España, como Francia, como Italia y en menor medida como Holanda, Alemania, Bélgica...Europa en definitiva. Si, la tierra de la condescendiente Cherry Blair cuando mirando desde lejos como los judíos en Israel sufrían (y sufren) el ataque despiadado del terrorismo musulmán al grito de Alá es grande se hacían explotar en el centro de la vida.
Entonces la señora Cherry, que nada tiene que ver con ese slogan utilizado en la última campaña para la presidencia de los EE.UU "my cherry for Kerry" que todos pudimos ver por tv. La señora Blair, desde la seguridad que le otorgaba la distancia y desde la más total ausencia de conocimiento de los hechos se atrevió no solo a comprender el terrorismo que ordenaba el entonces existente asesino Arafat, tanta gloria lleve como descanso deja, sino lo que es peor, justificaba el terrorismo palestino contra los judíos en Israel, comprensión y justificación contra el terrorismo, mensaje harto repetido por todos y cada uno de los líderes europeos, comprensión y justificación para el terrorismo palestino también argumentos aceptados por prácticamente toda la ciudadanía europea. Hasta el punto asumidos y asimilados a la psique vulgar de un pensamiento primario que, ya Europa toda es incapaz de aceptar la realidad ¿cuándo el culpable de un crimen será el criminal y no la víctima? en Europa el culpable del terrorismo no es el terrorista, que sería lo lógico y lo más ajustado a la realidad, sino que el culpable del terrorismo es en primera instancia el pueblo judío y en última instancia y muy de lejos también la culpa la tiene el ciudadano occidental por existir y molestar con ello a los pobrecitos musulmanes
Recientemente leíamos un artículo publicado por El País, cuyo autor un documentado al revés, presumiblemente musulmán como su nombre parecía inferir, decía que las causas del terrorismo islámico y concretamente del atentado de Londres había que buscarlas allí donde son encontradas, en la frustración que siente el musulmán. Si lo han leído habrán comprobado que no se sostiene a la luz de las evidencias que ya están sobre la mesa. En cualquier caso el argumento de la frustración podríamos aceptarlo en tanto en cuanto el terrorista provenga de un infecto tugurio en medio del desierto, carente de formación académica, en definitiva un soma nescente útil para nada, carne de cañón necesaria que cuanto más intelectualmente iletrada sea mucho mejor para servir a los intereses de los que van por la vida de "sabios" predicando todos aquellos consejos que ellos mismos nunca llevarán a la práctica, hábiles maestros de la persuasión capaces de convencer en nombre de un dios únicamente a los idiotas. Pero no entiendan estas palabras como dedicadas solo a las iglesias cristianas, fuente también de fundamentalistas alucinados por la cruz, muy especialmente de la miríada de sectas evangélicas protestantes, y a las mezquitas, entiéndanlas en su más amplio y estricto sentido, también de los fundamentalistas de derecha y de izquierda que son formados por sus respectivos líderes y predicadores particulares para odiarse entre sí y odiar a su vez a todos aquellos que no forman parte del reducido grupo de elegidos para el poder.
Pobreza y frustración son las causas, decía el artículo publicado por El País, las causas que motivaron a los terroristas a perpetrar su vil acción en el metro londinense y en otros lugares de la ciudad simultáneamente.
No obstante los ingleses quedaron estupefactos, pues hasta ese momento habían creído los argumentos de la pobreza, la frustración y la marginalidad coreados por no pocos intelectuales de izquierda y por la prácticamente totalidad de los voceros europeos forjadores de la opinión pública en Europa. Si, quedó Inglaterra estupefacta al observar que los terroristas ni provenían de ningún desierto perdido entre las rocosas montañas de Afganistán, ni de las áridas tierras saudíes, ni de Irak, y que para añadir más asombro a las almibaradas conciencias inglesas ni eran pobres, ni carecían de buena posición. Todo lo contrario, manejaban sendos Mercedes Benz, tiraban de talonario y gozaban de una nada despreciable posición económica...señoras y señores ya quisiera verme tan pobre, tan frustrado y tan marginado como los que cometieron los atentados simultáneos en Londres.
No, el problema no es la frustración ni la marginalidad ni la pobreza, de la cual no tiene culpa occidente sino los regímenes bajo los que viven y posiblemente ni eso, sino el pensamiento medieval bajo el cual viven. La razón arrinconó y redujo en occidente a ese pensamiento religioso cautivo de la intolerancia y del desprecio a la mujer que se sustentaba en supuestas revelaciones decimonónicas que la historia se ha encargado de denunciar como más bien palabra de hombre y no de Dios, pues Dios, que no hace acepción de personas como dice la Biblia, nada tiene que ver con aquellos que se han empeñado en promover la diferencia o la muerte. Dios creó al hombre pero el hombre creó al esclavo.
Y aquí llegamos, precisamente, a como el hombre crea el medio en el que se desarrolla de tal manera que satisfaga sus necesidades sin tener en cuenta las necesidades del otro. Y lo mismo podemos aplicarlo a los problemas, Europa resolverá sus propios problemas sin tener en cuenta ni valorar como tales los problemas del otro, en este caso no los problemas que exhiben, como tales, los terroristas, sino los problemas que tiene Israel con ellos. No son pocas las ocasiones en las que Europa en bloque ha condenado a Israel por eliminar a un terrorista que, estaba a punto de cometer un atentado, o huía del escenario de su crimen con los explosivos, afortunadamente, inconexos y por consiguiente fallido. En bloque condenó a Israel por eliminar del mundo de los vivos a un alma ya muerta por dentro, claro estamos hablando de Israel y cuando Europa habla de Israel ya debemos llevar por delante que todo cuanto haga en su defensa es intrínsecamente malo y perverso, un policía israelí que dispare y mate a un terrorista confeso en pleno ejercicio del terror, merece ser llevado a la corte de justicia internacional, acusarlo y condenarlo por crímenes contra la humanidad y encerrarlo de por vida. Sobradamente saben ya que pienso sobre la guerra, la vida y la muerte de un semejante, por lo tanto no redundaré más en ello.
Sin embargo estamos ante una diatriba confusa, un policía israelí no puede matar a un terrorista confeso y descubierto in fraganti porque es moralmente inaceptable para Europa, aunque sea para defender no solo vidas judías sino también musulmanas y cristianas, no solo para evitar la muerte de israelíes, sino también la muerte de ciudadanos árabes, europeos, asiáticos y de otros pueblos y naciones que conviven en Tierra Santa. Ahora bien, primer paso dado en Inglaterra, la policía inglesa ya puede disparar a matar, acción impensable antes de los atentados del 7J. Como Newton ya señaló, toda acción lleva consigo una reacción, la policía inglesa ya ha hecho efectiva esta orden y ha disparado contra un joven de origen pakistaní sospechoso de ser terrorista. Le ha disparado y lo ha matado. Pero oh triste causalidad de la vida, el muchacho no tenía nada que ver con el terrorismo de corte islámico. ¿y cómo demonios van a justificar ahora los cinco balazos que le metieron en la cabeza?, cinco, uno detrás de otro. Demasiada puntería para haberlos realizado a la carrera.
¿Y no lo hemos venido advirtiendo desde hace años? un atentado y el primer paso es la autorización del gobierno británico que permite a sus policías disparar a matar, en este trágico suceso solo hubo sospecha pero no había confirmación de esa sospecha, luego ha sido un asesinato tanto más injustificado que si hubieran matado a un terrorista auténtico. Personalmente podría entender aunque nunca justificar las causas de aquellos que matan en nombre de un dios o de una ideología, mientras que otros justifican sin entender siquiera ni reflexionar sobre esas causas.
Se puede entender a un terrorista que en un momento puntual para un determinado caso puntual perpetra, insolente e infame, un atentado. Pero lo que nunca se puede entender y aun menos justificar es el terrorismo que se ejercita amparado bajo la oscura ideología del exterminio de todo un pueblo, ideología de izquierda que lo entiende y justifica aun cuando los inútiles no tienen la capacidad de observar que es contra ellos mismos también, e ideología que se sustenta por principios teológicos de dudosa revelación, si hay un dios que habla al hombre y le seduce a matar a sus semejantes en su nombre, matemos a ese dios y que el hombre viva.
Europa, fiel a sus orígenes culturales parece actuar conforme al guión antes escrito en una tragedia griega, es como si cada autor antiguo hubiera plasmado en su obra el destino de Europa y el fin de los europeos.
¿Cuántas veces no lo hemos advertido ya? que todo lo que afecte al pueblo judío también afectará más tarde o más temprano a todos aquellos que miran hacia otro lado, a todos aquellos que por miedo, por desprecio, por antisemitismo, por indiferencia o por las múltiples razones que sean optan por no ver, nuevamente, las fábricas de la muerte construidas por toda Europa.
Hoy frente al islam, Europa tiembla, cuando durante años ha mirado con desden y con desprecio al pueblo judío en Israel y aún hoy se niega a comparar a las víctimas, y a compartir el dolor con las familias de todas las personas que han perdido seres queridos en los horribles atentados cometidos por los árabes en Israel, renuncia a aceptar que el mismo mal que aflige a Israel es el que ya ha empezado a flagelar a sus ciudadanos, porque la causa del terror que afecta al pueblo judío es la ocupación (¿qué ocupación?) dicen los europeos, sin darse cuenta que para el Islam, para su libro sagrado, para su tradición teológica, Europa, primero, es territorio ocupado por los cruzados, y el mundo, después, hunde sus raíces en la casa de la guerra, el mundo, de acuerdo a la haddith, ha de ser conquistado para el Islam, Dar Al Islam.
No estamos hablando del Israel mesiánico, estamos hablando del Israel histórico, del que existía al tiempo de la dominación romana con sus límites geográficos perfectamente establecidos, límites que ninguna nación islámica quiere respetar mucho menos aceptar, límites que occidente acorta en aras de un paz imposible en tanto una de las partes solo contemple en su vocabulario la frase "exterminar a los judíos", y este es el mensaje equivocado que occidente ha transmitido por años al mundo islámico, que las fronteras pueden rebasarse, que los hechos históricos pueden re-escribirse a gusto, que los límites geográficos pueden ser substituidos, y el mundo islámico se ha dicho así mismo que aquello que es válido para el pueblo judío en la tierra de sus antepasados, también lo es en las tierras que habitaron los nuestros, y esas tierras están hoy en Europa.
Como Sófocles escribe en su obra Antígona, también a Europa le es molesta la voz de Israel, decía Creonte preguntará al guardián: Pero ¿todavía no sabes que tus palabras me molestan?, a lo que el guardián le responde -Mis palabras, ¿te muerden el oído o en el alma? Quien te muerde el alma es el culpable, yo solo te muerdo en las orejas- El alma de Europa está dolida y todavía no es capaz de reconocer al verdadero culpable, mientras rechaza escuchar a la voz de Israel.
Primer paso, disparar a matar aun si no existe confirmación visual de posible acción terrorista, basta la sospecha, ¿cuál será el segundo paso? cuando Europa sufra en su propia carne el flagelo incesante que ha padecido y padece el pueblo judío en Israel quizá entonces entenderá todos y cada uno de los pasos que han tenido que asumir los diferentes gobiernos israelíes. Al terrorismo político no se le combate con negociaciones, y al terrorismo religioso no se le asedará tan solo con prebendas porque este, a diferencia del primero, se nutre de la idea de que existe un glorioso premio celestial para todo aquel que mate infieles.
Sófocles, quien acertadamente señala la manera de actuar frente a quien hace del crimen y por inferencia del terrorismo su razón de ser, refiere que: "Si cumple los usos locales y la justicia por divinos juramentos confirmada, a la cima llega de la ciudadanía; si, atrevido, del crimen hace su compañía, sin ciudad queda: ni se siente en mi mesa ni tenga pensamientos iguales a los míos, quien tal haga".
Creo que resulta evidente para todo aquel que quiera verlo o sea capaz de apreciarlo, que quien hace del crimen su compañía, no puede haber ciudad que lo acoja, ni permitir que se siente con nosotros a nuestra mesa, ni consentir que aquellos pensamientos de muerte puedan tener voz en nuestras sociedades libres.
¡Europa despierta! y escucha a los sabios que te forjaron, como Sófocles cuando escribió:
"Ser piadoso es, si, piedad, pero el poder, para quien lo tiene a su cargo, no es, en modo alguno, transgredible: tu carácter, que bien sabías, te perdió".