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Itzjak Bének, fue un típico “soldado de línea”, parte de esa masa casi siempre anónima que, sin alardes, es la que realmente desempeña su función en la sociedad...
No obstante, a su manera, Bének fue en la comunidad un personaje popular, apreciado por todos.Era sencillo, humilde y, al mismo tiempo, entusiasta, un convencido de sus ideales, lo que no es poco en nuestra circunstancia, en que tanto necesitamos de aliento y de inspiración.
Fue un activista modesto, sin pretensiones de liderazgo, pero, a su modo, dejo huellas de su quehacer constante, y su nombre se inscribe en la lista de los constructores de nuestras instituciones comunitarias.
Itzjak Bének era un judío polaco, con todos los atributos de esa gran rama de nuestro pueblo, más cercana a los sentimientos que a las frías especulaciones intelectuales. Aun cuando perteneció toda la vida a la agrupación sionista “Linke Poalei Tzion” (Movimiento Laborista de Izquierda), fue por su vehemencia y por su índole popular algo así comoun “jasid” moderno. Incluso su fe en el líder delmovimiento tenía un componente de ardor jasídico. Y con “jasidim” comoBének se podía ir hasta la guerra...
Cuando su partido emprendió aquí la importante acción de ampliar la red escolar judía y elevar el nivel de la misma, lo contó entre los primeros soldados que se pusieron a su disposición. Su constancia y su entrega fueron extraordinarias, aun en los días en que la enfermedad ya comenzaba a minar sus fuerzas.
Había nacido en 1899, en Varsovia. Sus padres eran judíos muy devotos y él estudió en una “ieshivá” hasta los 15 años de edad. Sus compañeros de juventud recordaban que, a los 17 años, tras la prematura muerte de su padre, había entrado a trabajar comoasalariado en un comercio de vinos. Al poco tiempo participaba activamente en la Unión de Empleados de Comercio, liderada por el partido “Poalei Tzion”. Le interesó la plataforma delpartido, leyó los escritos de Ver Bórojov, se afilió y llegó a ser uno de los más activos militantes de Varsovia. Eso lo condujo más de una vez a tomar parte en acciones arriesgadas, comoen un 1÷ de mayo muy especial, en Polonia. En la asamblea delpartido que precedió a la manifestación, se había ofrecido voluntariamente para llevar la bandera. Peleó por conseguirlo, la llevó con orgullo y supo defenderla ante la intervención policial. En Polonia participó también en las actividades delHogar de Trabajadores y delCírculo Filodramático.
Tal comolo conocimos aquí entre nosotros, también allí estuvo siempre primero en su disposición para la lucha y en sus contribuciones voluntarias, a menudo por encima de sus posibilidades económicas.
Llegó a Buenos Aires, en el año 1930, en compañía de su esposa Shifre y su pequeña hija clara (Jaiele), e inmediatamente se enroló en el trabajo comunitario, empezando por la Unión de Residentes Judíos de Polonia.
También se puso a disposición delpartido “Poalei Tzion”, al que representó en las instituciones centrales: “Kehilá”, “Magbit”, y “Vaad Hakeilot”.
En los últimos comicios de la “Kehilá” antes de su fallecimiento, en agosto de 1972, logró con su devoción a la causa de la representación democrática, que los más conspicuos dirigentes aceptaran realizar elecciones proporcionales, en lugar de ir a un arreglo sin elecciones.
Fue permanentemente miembro de los Comités Centrales, primero en “Ajdut Avoda-Poalei Tzion” y luego en “Tnuat Haavodá” (el Movimiento Laborista Unificado), y se ganó el aprecio de todos sus compañeros.
Casi no hubo actividad societaria en que no participara: instituciones filantrópicas, asociaciones de residentes, cooperativas de crédito, cooperativa textil.
Merece un capítulo aparte su actuación en el campo cultural y educativo.
A su llegada al país, alcanzó a colaborar con las escuelas “Bórojov”. Más tarde se contó entre los fundadores de “Tzwisho” (Organización de Escuelas Israelitas Scholem Aleijem) y de los establecimientos que abrió esa organización: el primero en el mes de mayo de 1934 , la escuela que, en condiciones sumamente precarias, funcionó en la calle Sarmiento 2270, luego en Gurruchaga 185 y posteriormente en Murillo 820. La primera escuela se cerró al año funcionamiento y las de Villa Crespo dieron origen a la Escuela “Scholem Aleijem Central”, en su edificio de la calle Serrano 341.
Bének siguió siempre muy ligado a esta escuela, cuya expansión y creciente prestigio daría lugar a nuevos y modernos jardines de infantes, escuelas primarias y secundarias y colonias de verano para miles de alumnos; lo que no le impidió posteriormente preocuparse por la red escolar judía en general.
Cabe destacar que en 1936 se abrieron pequeñas escuelas en el barrio “El Talar” en Devoto, en la calle Parera y en la calle Castillo, en Villa Crespo; a los 2 años fueron estas unificadas con la Escuela Bialik de Devoto, la primera y con la Escuela Scholem Aleijem de Villa Crespo, la segunda.
En su vida privada fue una persona cordial y amable, siempre dispuesta a ayudar al prójimo. No acumuló riquezas y, sin embargo, aportó siempre a los emprendimientos comunitarios, por encima de sus posibilidades. En las fiestas escolares o delpartido y especialmente en las celebraciones relacionadas con Medinat Israel, le gustaba cantar, y contagiaba entusiasmo con sus melodías jasídicas.
Compartió el hogar con su esposa Schifre, de carácter bondadoso y paciente, adalid de la cohesión familiar. Ella lo acompañó en todas sus actividades, y con su famoso “chólnt” sabático agasajaba a amigos y visitantes. Conocí ese hogar tan acogedor, por referencias y, también por experiencia propia, ya que fui compañero de estudios delhijo varón (Fulke).
Bének educó a sus tres hijos en los principios éticos, en el amor al judaísmo y en el ideal sionista socialista. Es la mejor herencia que pudo dejarles. Su hija menor, Jane, y el varón, Fulke, concretaron su “aliá” a Israely lo mismo uno de los nietos por parte de la hija mayor Clara, el que optó por incorporarse a un kibutz. Sus hijos, nietos y bisnietos, aquí y en Israel, se sienten orgullosos de pertenecer al Pueblo Judío.
Itzjak Bének falleció en Buenos Aires, el 1÷ de septiembre de 1972. Su esposa perdió la vida en un trágico accidente el 20 de febrero de 1996. Es importante en estos momentos, cuando van surgiendo nuevas promociones de “askanim” (dirigentes comunitarios) rescatar la memoria de quienes, como Itzjak Bének, supieron dar desinteresadamente lo mejor de sí en beneficio de nuestras instituciones |